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No hablaré de sus vericuetos amorosos. Les daré "liebre por gato". Hablaré sobre sus posibilidades de afectar a una institución como el Instituto Jalisciense de las Mujeres (IJM).
Vivimos en un país con grandes desigualdades, pero esta realidad se vuelve más dramática cuando la observamos con perspectiva de género. Si analizamos la correspondencia entre el Índice de Desigualdad de Género y el Índice de Desarrollo Humano (http://bit.ly/Wd0i2o), entenderemos por qué la ONU correlaciona ambos indicadores en sus análisis. No puede haber desarrollo sin abatimiento de la desigualdad de género.
México ha ido desarrollando una política nacional de igualdad que comenzó desde 1980, año en el cual se instauró el Programa Nacional de la Incorporación de la Mujer al Desarrollo de México. En 2001 se expidió la Ley del Instituto Nacional de las Mujeres, el cual fue sectorizado a la Secretaría General de Gobierno para hacer más efectiva la transversalización de la perspectiva de género en todos los niveles de la Administración Pública y para reportar a la ONU los avances en materia de equidad de género. Luego se fueron creando Institutos de las Mujeres a niveles estatales y municipales, el IJM entre ellos.
El IJM es un organismo público descentralizado con personalidad jurídica y patrimonio propios, tiene autonomía programática y de gestión. Está sectorizado a la Secretaría General de Gobierno, forma parte del gabinete ampliado y cuenta con un marco legal que le garantiza autonomía y descentralización. También cuenta con sistemas para la interlocución directa con todas las Secretarías del gabinete para transversalizar la perspectiva de género en la administración pública. Incluso incide en el sector privado a través del modelo de equidad de género.
En noviembre pasado, Enrique Peña Nieto propuso que Inmujeres fuera sectorizado a Sedesol. Cuando algunas académicas, políticas y activistas -de todos los colores- nos enteramos de sus intenciones, lo interpelamos en redes sociales usando HT #INMUJERESautónomo. Con el apoyo de muchas personas, le enviamos 805 tuits. Además, un grupo de expertas habló directamente con Rosario Robles, manifestando sus argumentos en contra de la iniciativa. Y la propuesta no pasó (aquí el link con más información: http://bit.ly/QjiPNe).
En lo que respecta al IJM, la iniciativa de Aristóteles es semejante a la propuesta fallida de Peña Nieto a nivel federal. Tal parece que Aris y y su equipo de transición no se enteraron de la batalla que Peña perdió con Inmujeres hace unos meses. Para reorganizar la estructura del gobierno, Aris está proponiendo que la Secretaría de Desarrollo e Integración Social coordine la "atención" de los grupos vulnerables, entre los cuales cita a las comunidades indígenas, la niñez y adolescencia, las mujeres y la equidad de género. Vaya tinte asistencialista de la propuesta, que nos regresaría a modelos de desarrollo de los años setenta. En caso de ser aprobada, quitará al IJM su nivel de autonomía e incidencia en las políticas públicas para la igualdad de género, reduciendo sus funciones a niveles operativos.
¿Cómo puede el IJM ser órgano rector de la política de igualdad de género, si no es un organismo ubicado en la estructura administrativa en primer nivel? ¿Cómo podrá México cumplir con la obligatoriedad de los compromisos internacionales para transversalizar los programas y políticas públicas en materia de género, si minimizan la incidencia de los Institutos de las Mujeres? Mientras no se proponga un modelo que le dé mayor fortaleza, no debe ser sectorizado a Desarrollo e Integración Social. ¿Qué haría esta dependencia para impulsar, por ejemplo, la participación política de las mujeres? Si a Aris y a su equipo no se les ocurre una estructura de gobierno que empodere más al IJM para el cumplimiento de sus objetivos, mejor que deje esa instancia tal y como está.
Las mujeres no somos un grupo vulnerable o una minoría, constituimos más de 50% de la población jalisciense y merecemos el ejercicio pleno de todos nuestros derechos. El Estado de Jalisco tiene ahora la posibilidad de demostrar hacia dónde quiere enfocar su política pública en el tema: ¿primará el asistencialismo con las mujeres pobres (una jugosa clientela electoral), o la promoción de la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, con independencia de las adscripciones políticas de cada quien?
Doctora en Filosofía del Derecho, Moral y Política por la Universidad de Valencia, España. Profesora del ITESM, consultora en temas de género.
Gracias a las académicas y activistas jaliscienses, en especial a Mtra. María Elena Cruz Muñoz, por la información ofrecida para este artículo.
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