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El 8 de marzo no es para
regalarnos flores ni para festejarnos. Es una conmemoración para la toma de
conciencia sobre los derechos humanos de las mujeres, para recuperar la memoria
y para reconocer los retos que todavía tenemos para erradicar la discriminación
y la violencia contra las mujeres.
Festejar es celebrar algo con
fiesta, según la RAE. Si analizamos los informes y estudios sobre las brechas
de género existentes en nuestro país, creo que todavía no hay mucho qué
celebrar sobre la condición y posición de las mujeres en México. Somos parte
del 51.2% de la población y sólo trabajan el 42.8% de las que podrían ser parte
de la población económicamente activa (INEGI). Cuando se calculan las horas de
trabajo total semanal, las mujeres dedicamos 12 horas más que los hombres: 373
minutos cada día al trabajo doméstico, tres veces más que los 113 destinados
por los hombres. Cuando se trata de actividades de limpieza, elaboración de
alimentos y lavado de ropa, las mujeres dedicamos 280 minutos y los hombres 75 minutos;
para el cuidado de la descendencia, las madres reportan 53 minutos al día y los
padres 15 (OCDE). Además el 46% de las mujeres mexicanas reportan haber sufrido
alguna agresión de sus parejas (INEGI) y según un estudio de El Colegio de
México, la brecha salarial entre mujeres y hombres de México es de 6%-8%.
Respecto a la participación
política de las mujeres, ninguna mujer gobierna alguna de las 32 entidades del
país, en el gabinete federal sólo 4 de las 21 dependencias tiene una Secretaria
y también sólo 2 mujeres participan en los 11 asientos de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación. Jalisco cuenta con 20.5% de legisladoras y aunque a
nivel federal las mujeres representan el 33.6 y el 38% de los espacios en
senadurías y diputaciones respectivamente, en las comisiones ordinarias las
mujeres participan minoritariamente en Hacienda (19%), Agricultura (13.3%) y
Presupuesto (9.3%), mientras que están presentes en comisiones hasta ahora
relacionadas con tareas "femeninas": 100% en Igualdad de Género (¿dónde
están los hombres comprometidos con este reto tan grande para garantizar la
justicia e igualdad en nuestro país?), 82.6% en la comisión de Atención a
grupos vulnerables y 60% en Salud (INEGI).
Hay quienes afirman que las
iniciativas para promover los derechos humanos de las mujeres han sido
parciales y dedicadas a vindicación de derechos de "minorías" (sic.),
lo cual denota mucha ignorancia. Existen dos Tratados Internacionales para los
derechos humanos de las mujeres, CEDAW para la no discriminación (1979) y Belém
Do Pará para la no violencia contra las mujeres (1994), que México ratificó en
1981 y 1999 respectivamente. México cuenta con la Ley General para la Igualdad
entre Mujeres y Hombres (2006) y desde 2007 con la Ley General de Acceso de las
Mujeres a una Vida Libre de Violencia, así como los programas PROIGUALDAD
(2008) y PIPASEVM (2014), destinados a erradicar la discriminación y la
violencia contra las mujeres.
También existen otros
programas como el Programa de Cultura Institucional con perspectiva de género
(PCI Federal y Estatal), el cual implica cuestiones como la conciliación entre
la vida personal, familiar y profesional, el apoyo a la maternidad y la
lactancia, así como la paternidad comprometida de los trabajadores con su
propia descendencia. Tampoco olvidemos que 2 de los 8 los Objetivos de
Desarrollo del Milenio (ONU) incluyen la atención a la salud materna, así como
la igualdad de los sexos y el empoderamiento de las mujeres (este último
término provoca aversión en algunas personas, pero sólo implica desarrollar su
potencial para generar cambios positivos, a nivel personal y en el entorno).
Por otra parte, existen
certificaciones como el Modelo de Equidad de Género que contiene objetivos
semejantes a los del PCI para la iniciativa privada y la Norma
Mexicana NMX-R-025-SCFI-2009, la cual certifica en función
de prácticas organizacionales que garanticen la igualdad
laboral entre mujeres y hombres, de tal manera que la contratación y
ascenso de las personas no dependa que su género. También promueve la
flexibilidad laboral para mujeres y hombres en las organizaciones, supervisa el número de mujeres que regresan a su trabajo luego de las
licencias de maternidad y exige que se sancionen prácticas nefastas como
el hostigamiento y el acoso sexual.
Todas estos avances son fruto
de los trabajos realizados con perspectiva de género, es decir, poniendo el
"lente" o la lupa en las relaciones sociales entre mujeres y hombres.
Decir que la "ideología de género" (sic.) es representado por un feminismo
beligerante que por motivos ideológicos no representa ni defiende los problemas
de la inmensa mayoría de las mujeres, no sólo revela ignorancia sino también
prejuicios que impiden descubrir cuánto se ha aportado para que se erradiquen
tantos problemas sociales relacionados con la discriminación y la violencia.
Por eso, este día también debería ser de agradecimiento con tantas personas, la
mayoría de ellas feministas, que se dejaron el pellejo para que las mujeres y
los hombres tengamos relaciones más justas y paritarias en todos los ámbitos.
Es necesario que dejemos de
tomarnos a la ligera tantos retos para construir una sociedad justa,
igualitaria e incluyente, en México y en todo el mundo. Hoy es un día para
reconocer derechos, no para regalar flores.
@AliceOJ, investigadora y
consultora en temas de género
(Versión editada respecto a la
publicada en Mural, tiene más información sobre los avances en materia de
igualdad y no violencia contra las mujeres)