Publicado en Mural, el domingo 6 de marzo de 2011, primera sección, página 10.
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Ya se acerca el 8 de marzo, Día de la Mujer. Yo prefiero decir "día de las mujeres", para que no se nos olvide que somos diversas y que no se nos deben imponer modos de ser derivados de lo que "se cree" que debería ser una mujer: dócil, delicada, sensible, sumisa y siempre calladita, porque así se ve más bonita. En esta época se organizan una gran cantidad de actos conmemorativos a lo largo y ancho de este Estado, que apenas cuenta con una mínima representación de mujeres en cargos de elección popular.
El pasado 4 de marzo tuve la oportunidad de participar como panelista en uno de ellos: la firma del Acuerdo Estatal para la Igualdad Entre Hombres y Mujeres, convocado por la diputada Margarita Licea, quien comentó que fue organizado para potenciar el compromiso con el cumplimiento de lo establecido por el Programa Proigualdad (http://bit.ly/haGOBG), por parte de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial del Estado de Jalisco. Ya veremos qué tan capaces son de dar el paso de los elocuentes discursos a la acción. Algunos de ellos fueron imperdibles, como el argumento de Fernando Guzmán, de que la igualdad entre hombres y mujeres se debe a que nosotras salimos de la costilla de Adán (¿Alguien le podría explicar que si algo ha hecho daño a las mujeres, es representarlas con el arquetipo de la dependencia?).
Llevo siete años dedicándome a estos temas, y en este evento pude compartir mis reflexiones sobre lo que he visto, vivido y padecido al lado de las directoras de las instancias para la mujer, esas mujeres que se dedican a las cuestiones de las mujeres. También se los voy a compartir a ustedes.
Hace dos años, cuando la mayoría de ellas tomaron el puesto en sus respectivos Municipios, me pidieron que les diera una conferencia. Lo primero que hice fue preguntarles: "¿quiénes de ustedes saben sobre estas cuestiones de género?". Levantó la mano sólo una de ellas, ¡sólo una! Se me estrujó el corazón sólo de pensar que de ellas depende la implementación de las políticas públicas que garanticen la mejora de la condición de las mujeres, y que además suelen durar sólo tres años.
Hace poco leí que la moralidad de un Estado se mide por la asignación de sus presupuestos: se le entrega dinero a lo que realmente se valora. Veamos cómo esta idea aplica a las directoras de las instancias para las mujeres.
Cuando he impartido cursos de capacitación, varias directoras que vienen de otros Municipios suelen comentarme que tuvieron que poner de su bolsillo para pagar el pasaje, porque en su Alcaldía les dijeron que "no había dinero". En una ocasión me tocó presenciar con mis propios ojos cómo se tiró la casa por la ventana en un evento de la Secretaría de Desarrollo Rural en cierto Municipio, y al poco tiempo, cuando se organizó uno por parte del Instituto Municipal de las Mujeres, la directora tuvo que vender tamales y pozole antes, para financiar su propio evento, porque no había recursos en la Alcaldía.
Hay directoras, de estas instancias, que apenas cuentan con un escritorio para trabajar, a pesar de que en el organigrama se simula que tienen un puesto directivo. Y digo que se simula, porque estas mujeres suelen ganar menos que los demás directores, casi todos hombres. Algunas han conseguido mejorar sus condiciones laborales, pero con programas de apoyo del Instituto Jalisciense o del Instituto Nacional de las Mujeres. ¿Cómo nos puede extrañar que estemos en el lugar 91 de 134 países en el Índice de Equidad de Género, con estas prácticas discriminatorias en las mismas instituciones públicas? (http://bit.ly/f9dGzb).
Cierro con la "cereza" del pastel. ¿Sabía usted que la existencia de las instancias de la mujer depende de la voluntad de cada nueva Administración municipal? Es perentorio que garanticemos su permanencia por la ley y no por la voluntad de un grupo político. La misión de estas instancias es erradicar las brechas de género, que repercuten en el desarrollo humano del país en su conjunto. Si queremos vivir en un país incluyente, debemos empezar por empoderar a las "empoderadoras", a nivel legislativo e institucional.
www.twitter.com/AliceOJ
Alicia Ocampo es investigadora, consultora y conferencista sobre temas de género y profesora del ITESM.
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